viernes, marzo 29, 2024
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La producción maicera permanecería en niveles récord en la campaña 2020/21

La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) estimó, en su último informe, que se sembrarían unas 7 millones de hectáreas y se alcanzarían 48 millones de toneladas pese a las dificultades climáticas, lo que representaría la tercera mejor cosecha de la historia. El presidente de Maizar, Alberto Morelli, le explicó a Tranquera que las mejores expectativas se deben al fuerte repunte en el precio del cereal.

A pesar de la fuerte sequía de agosto que parecía complicar el panorama para la siembra de maíz, todo parece indicar que la campaña 2020/21 se mantendrá en niveles récord. Según las proyecciones que esta semana difundió la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), se sembrarían 7 millones de hectáreas y se alcanzaría una producción de 48 millones de toneladas a nivel nacional.

Así, las intenciones de implantación del cultivo experimentaron un ajuste positivo en unas 250 mil hectáreas, de acuerdo a los números de la entidad rosarina. Por eso, la reducción respecto al año pasado sería de solo un 3%, cuando hace un mes se esperaba que fuera del 7%.

“De concretarse las estimaciones de la BCR, sería la tercera cosecha histórica, detrás de la 2019/20 con 50 millones y de la 2018/19, cuando se lograron 50,3 millones. Por otra parte, lograr una superficie similar a la del año pasado sería un excelente número, porque haría que no baje la cantidad de gramíneas en Argentina, lo que es importante para la rotación de cultivos en los suelos”, destacó el presidente de la Asociación de Maíz y Sorgo Argentino (Maizar), Alberto Morelli, al ser consultado por Tranquera.

“Tenemos muy buenos precios por encima de los 145 dólares para marzo del año que viene

Morelli señaló que el “gran driver” que impulsa a la siembra del cultivo es el repunte en los precios internacionales. De hecho, en el último mes recuperó fuertemente la pérdida que sufrió en los inicios de la pandemia. “Esto se debe principalmente a las condiciones climáticas de EEUU, donde inicialmente se creía que habría una campaña récord, y ahora vemos que eso no va a ser así. Esto significa menos maíz para comercializar, dado que es el primer exportador mundial. Por eso, hoy tenemos muy buenos precios por encima de los 145 dólares (la tonelada) para marzo del año que viene”.

En tanto, la BCR indicó que las lluvias de la semana pasada pusieron en marcha las primeras siembras maiceras en Entre Ríos y Santa Fe. En Córdoba, van a esperar que avance septiembre para evitar las bajas temperaturas y sumar más milímetros en los suelos. Sin embargo, salvo que haya lluvias excepcionales en este mes, se pronostica que las implantaciones tempranas sean menos importantes que hace un año, resaltó la entidad rosarina.

De hecho la BCR añadió que si bien, tras las precipitaciones, en la región núcleo vuelven las esperanzas de alcanzar el millón y medio de hectáreas como en la campaña pasada, la temperatura del suelo aún está por debajo de los valores mínimos requeridos para el cereal, y por eso apenas se sembró un 5% del área potencial para esa zona.

“El año pasado hubo un 55% de maíz temprano y un 45% de tardío. Es probable que este año esos números se inviertan por la falta de agua. Es una distribución aleatoria, porque tiene que ver con aquellas zonas que tuvieron menos lluvias que otras”, aseveró Morelli.

Alberto Morelli
Alberto Morelli, presidente de Maizar.

No obstante, la suba en los precios marcaron un quiebre y la carrera expansiva del maíz volvió a ponerse en marcha en todo el país, incluso en las provincias más alejadas de los puertos. “En Chaco o Santiago del Estero, dónde se preveían bajas (limitadas por la necesidad de rotaciones) de un 20 a 30% del área, el maíz vuelve a instalarse en los planes de siembra”, ejemplificó la BCR en su informe.

Morelli le comentó a Tranquera que de esta manera se confirma la tendencia al alza que persiste desde la campaña 2015/16, en constante expansión del área sembrada. “Estábamos en un poco más de 3 millones de hectáreas, y hoy nos ubicamos arriba de las 6,3 millones, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que toma los maíces comerciales y no los de silo, que representan casi otro millón más”.

El dirigente agregó que otro dato muy importante es que los agricultores mantienen un alto nivel en la aplicación de tecnología. “Por lo cual, si acompañan las condiciones climáticas, esa tecnología, junto al gran trabajo que hacen los productores argentinos, nos permitirán tener una cosecha muy importante”.

Asimismo, Morelli dijo que en 2020, como “nunca se dio”, los insumos se compraron “muy temprano”. Eso hizo que aquellos productores que ya habían apostado por el maíz, al adquirir semillas y fitosanitarios, no cambiaran sus planes de sembrar el cultivo más allá de los vaivenes climáticos, sino que en todo caso modificarán su estrategia. “Aquel que ve que hay sequía para encarar una siembra temprana, optará por hacer maíz tardío en noviembre o diciembre, para escapar a la seca de enero”.

“el maíz, a pesar de sufrir a veces complicaciones climáticas, tiene una gran estabilidad en su rendimiento”

Otro punto a favor es la gran estabilidad que tiene el cultivo frente a distintas adversidades. “Los productores aprendimos que en estos años, gracias a la genética y la investigación que han hecho los semilleros con los distintos híbridos, sumado a la biotecnología, dan la posibilidad de que el maíz, a pesar de sufrir a veces complicaciones climáticas, tiene una gran estabilidad en su rendimiento. Eso lo vimos ya en anteriores secas, y también en períodos donde hubo muchas lluvias al momento de la cosecha. Hace un par de años, tuvimos precipitaciones importantes entre marzo y abril, que provocaron una gran pérdida en la calidad de los granos de soja, mientras que el maíz no tuvo inconvenientes. Ese es un aspecto que el productor también lo tiene en cuenta”.

Además, cabe recordar que el maíz paga derechos de exportación del 12%. Mientras que para la soja, en el esquema establecido desde marzo por el Gobierno nacional, subieron del 30 al 33% en el caso de aquellos productores que superan las 1000 toneladas. “Por supuesto que las retenciones le restan competitividad a la soja, aunque debe tenerse en cuenta que el precio del maíz también es mucho menor. Pero sí es cierto que ese descuento sobre el precio influye sobre el margen (de ganancia) de la soja y es un factor que se tiene en cuenta al momento de determinar el área de siembra”.

En cuanto a las exportaciones del cultivo, que según la BCR tuvieron el mejor agosto de la historia con 4,63 millones de toneladas y alcanzaron las 25,4 millones en lo que va de la actual campaña comercial, Morelli remarcó: “La calidad del maíz argentino es reconocida internacionalmente, con más de 120 mercados abiertos. Las empresas exportadoras hacen un muy buen trabajo”.

No obstante, pese al gran momento por el que atraviesa la actividad, Morelli se refirió a los principales retos de cara al futuro, entre los que se encuentran mantener el área sembrada y mejorar los rendimientos. Pero, principalmente, evaluó que se debe apuntar a transformar una mayor cantidad de la producción maicera “en carne porcina, aviar y bovina, huevos, jarabe de maíz que sirve como edulcorante, polenta, bioetanol que está presente en las naftas, y almidón que se encuentra en tantas preparaciones alimenticias”.

“Argentina exporta el 70% del maíz que produce. Mientras que Brasil exporta el 30% y el resto lo transforma. Nosotros tenemos que ir por ese camino. El maíz es el cultivo más federal, que está presente en la mayor cantidad de provincias argentinas, y donde hay transformación se mejora a la economía regional y se genera más trabajo local. Pero para eso debemos tener una macroeconomía que sirva para ser más competitivos a nivel global y políticas muy agresivas de exportación, para colocar esos productos derivados en el mundo. Es decir, necesitamos reglas claras, una economía estable y trabajar muy fuerte en los mercados internacionales. Son los principales desafíos que tenemos como cadena”, concluyó Morelli.

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