sábado, abril 20, 2024
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Grigera Naón, nuevo presidente del IPCVA: “Seguiré en la misma línea, no hay que refundar nada”

El flamante titular del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), Juan José Grigera Naón, resaltó, entrevistado por Tranquera, los logros obtenidos por el ente durante este año y se refirió a cuáles serán los desafíos de cara al 2021.

El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), en su Asamblea Anual Ordinaria, eligió recientemente a Juan José Grigera Naón como su nuevo titular.  Así, el representante de la Sociedad Rural Argentina (SRA) será el quinto presidente de la entidad, sucediendo a Ulises Forte. 

Conocida la noticia, Tranquera se comunicó con el dirigente para conocer las prioridades de su gestión, que tendrá una duración de al menos dos años, y realizar un balance de lo que dejó el 2020.  

-¿Cuáles serán tus principales objetivos al frente del IPCVA?

-Fundamentalmente, mantener el buen récord que está teniendo el Instituto, en el contexto de la pandemia.  El año que viene será incierto, pero como balance del 2020 es un resultado positivo para la cadena el aumento de las exportaciones. El Instituto tuvo una influencia importante en la promoción. Principalmente en el mercado de China, que por el momento representa aproximadamente un 70% de nuestras exportaciones.

Fue un obstáculo no poder ir a grandes ferias, pero eso de alguna forma se concilió con la presencia en redes sociales, donde la campaña se basó fundamentalmente en destacar la inocuidad del producto, para asegurarles la calidad a los consumidores chinos. Estamos emprendiendo una campaña en ese sentido, porque China se ha puesto un poco más dura en sus exigencias, que después se va a extender a otros mercados.

Estados Unidos es un desafío importante. Durante 2020 pudimos completar la cuota de 20 mil toneladas con ese país, cuando el año pasado estábamos en un promedio de 200 mensuales.  O sea, pasar de unas 2.400 a 20 mil significa un salto cuantitativo muy importante.  Pero el proyecto es aumentar el valor por unidad de producto exportado. Es decir, apuntar a cortes de mayor calidad en otros segmentos del mercado norteamericano y, por supuesto, hacer las gestiones pertinentes para que se amplíe la cuota.

En tanto, seguimos atendiendo todo lo posible a Europa, que sigue siendo un mercado muy importante, de calidad. Aunque ahora está siendo afectado nuevamente por esta segunda ola (del coronavirus). Hubo una reducción en la concurrencia a restaurantes respecto a lo que fue durante el verano europeo.  Eso va a influir sobre todo en el precio de las exportaciones. Pero la presencia es importante y ahí, al ser un mercado más sofisticado, también debemos brindarle la mayor cantidad de información posible a los consumidores desde el punto de vista de las cuestiones ambientales y de bienestar animal, a la que los europeos son bastantes sensibles.

Entre los grandes desafíos, buscamos ingresar en algún momento a Corea del Sur y que se amplíen las exportaciones a Japón para todo lo que es el territorio nacional.  Porque en este momento solamente podemos exportar desde la zona libre de aftosa sin vacunación, es decir de la Patagonia.

Por otro lado, la actividad puertas adentro también es muy importante, porque el mercado doméstico cuantitativamente es el principal, ya que demanda entre un 70%  y 75% de la producción.  Por eso, no debe desatenderse y tener presencia a través de los seminarios y las jornadas a campo. También tenemos que acentuar las capacitaciones que hacen a cuestiones de industrias frigoríficas, que algo empezamos este año.

Es decir, en resumen, continuaremos con la misma línea, acá no hay que refundar nada, porque consideramos que el Instituto cumple su función adecuadamente. Pero a su vez, ampliaremos las actividades en la dirección que mencioné.

-¿Cuál es la incidencia que tendría en el sector la implementación del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea?

-Eso es fundamental. Si bien el volumen acordado no es muy grande, porque estamos hablando de 90 mil toneladas a repartir entre los 4 países, es una señal en el sentido correcto de tratados de libre comercio. Y por supuesto, hay un beneficio arancelario que desde ya no es desdeñable. En esto también participa el Instituto a través del Consejo Público-Privado para la Promoción de Exportaciones, organizado por la Cancillería, donde colaboramos para identificar acciones a realizarse en los mercados.    

-Durante los últimos años, en Argentina aumentó el consumo de cerdo y pollo en desmedro de la carne vacuna. ¿A qué se debe esta tendencia?

Es una cuestión que puede deberse a situaciones puntuales de precios relativos. No nos preocupa, porque entendemos que el consumidor argentino está correctamente abastecido en cuanto a las proteínas animales. Entonces, no las consideramos como competencias, sino como carnes alternativas que están a elección del consumidor, ya sea por preferencias o eventualmente por el precio.

-Se habla de un posible acuerdo entre Argentina y China para incrementar la producción porcina. De concretarse,  ¿creés que provocaría que la carne de cerdo siga ganando terreno sobre la vacuna?

-Sinceramente, no sé la dimensión, pero puede ser que sí al ser una cuestión de preferencias y precios relativos. Aunque en estas situaciones hacer futurología es un poco difícil, por lo que quiero ser cauto. También hay que ver cuál será el destino de esa producción, que muy probablemente vaya en parte a China. O sea que no presionaría en su totalidad sobre el mercado local, ya que habrá una porción para la exportación.     

-¿Cómo analizás el impacto del Covid-19 en el mercado de la carne, tanto en el frente externo como en el interno? 

-En ambos ámbitos se ha dado algo semejante. Al pegar fuerte la pandemia, disminuyó por supuesto la actividad de los restaurantes en el mundo y en nuestro país particularmente de las parrillas. Entonces, hubo una caída en el consumo del asado en la Argentina y eso fue suplido de alguna manera por cortes de pulpa para milanesas. Es decir, al dejar de concurrir a parrillas, o ya no tener al asado del domingo como punto de reunión de las familias, se modificó la preferencia por los cortes de carne.

Mientras que en el exterior hubo una baja en el consumo de carne vacuna, particularmente en Europa, en lo que se llama HORECA (Hoteles, Restaurantes, y Cafeterías). Eso impactó sobre todo en la demanda de cortes de alta calidad, por lo que hubo en su momento una caída en la cuota Hilton. De hecho, durante el invierno europeo disminuyó el precio de la Cuota Hilton y subió en el verano, que se empezó a abrir un poco más. Y ahora nuevamente en el invierno europeo, sobre todo con el drama de una segunda ola, cayeron nuevamente los valores.     

-Por último, en su momento, desde el sector se cuestionó mucho a la política ganadera del kirchnerismo. Pero en lo que respecta al actual Gobierno, ¿creés que hay una continuidad en ese sentido o notás cambios positivos?

Realmente, no veo que haya una política antiproducción de carne. Aparte quiero destacar que el Instituto, como ha sido en el hilo conductor de las distintas gestiones, es eminentemente técnico y no político. Y yo precisamente soy un técnico, y no un político. Las manifestaciones políticas quedan en manos de las gremiales empresarias que representan a los distintos eslabones de la cadena.

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