martes, abril 16, 2024
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La última suba del gasoil le costará 13700 millones de pesos anuales a la agroindustria

Lo aseguró Matías Lestani, director del Departamento Económico de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), al hablar con Tranquera sobre el incremento del 6% promedio que hubo de ese combustible en todo el país. Asimismo, de ese total, 6470 millones corresponderán a la carga impositiva.

El aumento de un 6% del gasoil, que se concretó el último fin de semana en distintos puntos del país, significará aproximadamente 13700 millones de pesos en el consumo anual de ese combustible por parte de las 33 cadenas agroindustriales de Argentina. Además, de ese total,  6470 millones corresponderán a impuestos y tributaciones,  según la información que Matías Lestani, director del Departamento Económico de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), compartió en exclusiva con Tranquera.  

Asimismo, el especialista detalló que el 73% de ese monto recaerá sobre la agricultura, y el resto se dividirá entre ganadería, lechería y producciones regionales.

 “Esto se debe a los más de 4 pesos que subió (el litro de gasoil). Hay que aclarar que los precios difieren de acuerdo a la estación de servicio, regionalización y compañía donde se cargue. Se toma de referencia a YPF, que a su vez no tiene los mismos precios en capital que en las provincias. Entonces, lo que hacemos es tomar un porcentaje de aumento promedio que implica en todos los surtidores del país, en forma diferente, y lo cruzamos con el consumo de las 33 cadenas.  Eso también incluye a producciones regionales, lechería, y frigoríficos, no solo al movimiento de granos. Por eso, es tan difícil calcular el impacto”, comentó Lestani.

Para el experto, los aumentos de combustibles “impactan de lleno” en el bolsillo del productor. En ese sentido, recordó que, solo la agricultura, demanda 2200 millones de litros de gasoil por año, según números de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

Al respecto, el economista jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), David Miazzo, le aseguró a Tranquera que la suba de combustibles  golpea fuerte en la estructura de costos de producción y transporte del agro. “Medido por hectárea, en maíz el flete explica el 23% de los gastos, y las labores (siembra, pulverización y cosecha) un 21%.  Mientras que en soja, el flete representa un 18% y las labores un 35,5%. Esos dos rubros son muy intensivos en el uso de combustibles”.

En ese sentido, agregó: “En lo que respecta al gasoil, el impacto es especialmente alto en los meses de abril, mayo y junio, que es cuando se cosecha y se moviliza la producción. Mientras que en el caso de la nafta, la influencia es menor, porque a lo sumo afecta en los vehículos de uso personal de quienes trabajan en el campo.  Porque para los camiones, tractores y cosechadoras se utiliza gasoil”.   

Asimismo, Miazzo remarcó que el precio final de los combustibles tienen un “alto componente impositivo”, ya que cerca de la mitad del valor, tanto de la nafta como el gasoil,  son impuestos que se actualizan constantemente.

En tanto, Lestani añadió: “Todos estos aumentos vienen sumados de un incremento de la presión tributaria dentro de la componente del litro. Esto quiere decir que los impuestos, como a los combustibles líquidos y las emisiones de dióxido de carbono,  se van actualizando trimestralmente por el índice de inflación del INDEC. Dependiendo de la posición tributaria que tenga el que compra el gasoil, la estación de servicio,  tenés casi un 47% de impuestos. O sea, podrías llenar otro tanque más”.

El analista de CRA también cuestionó que “los últimos aumentos de YPF fueron hechos solamente para cubrir una necesidad de flujo financiero de la empresa para el desarrollo de inversiones,  pero no tienen nada que ver con el valor del barril de petróleo, que de hecho había bajado un poco, pero eso nunca se tradujo en el precio del combustible. Es otra de las grandes distorsiones que tiene la economía argentina”.

En cambio, sostuvo que “el productor no se puede dar vuelta y subir, por ejemplo, el kilo de carne porque creció el costo. De hecho, cuando aumenta un poco porque falta la oferta, automáticamente lo pisan o lo cuestiona Paula Español (secretaria de Comercio Interior). Los productores no definimos el valor de lo que vendemos, lo pone el mercado. Pero YPF sí lo define”.

Al respecto, evaluó: “Se genera un barril criollo, que es una herramienta para sostener productivamente al desarrollo petrolero. Pero, en los rubros de energía, el país tiene una balanza comercial deficitaria de USD 5 mil millones. Al mismo tiempo, se le ponen derechos de exportación al capital productivo que genera divisas, con una balanza positiva de USD 30 mil millones. Ahí se ven las dicotomías de hacia dónde queremos ir”.  

Por último, al análisis de Lestani,  Miazzo aportó: “Cuando baja mucho (el petróleo), lo dejamos en un valor más alto al barril criollo para que la industria pueda seguir produciendo. Mientras que, en momentos donde vale mucho,  también le ponen un techo al precio.  No es totalmente libre para arriba ni para abajo”.

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