jueves, marzo 28, 2024
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El curioso caso del vitivinicultor que dejó todo y le dice adiós al viñedo para radicarse en Italia

El mendocino Alejandro Palazzo tomó la decisión por la baja rentabilidad de este contexto. Hizo leña sus viñas y decide marcharse a Europa.

La pandemia dejó grandes consecuencias en productores de distintos rubros. Y el sector vitivinícola no estuvo ajeno. Alejandro Palazzo, un vitivinicultor de Santa Rosa, en la provincia de Mendoza, vivió momentos complicados, en los que los números no cerraban por ningún lugar y había que tomar una decisión al respecto. Esa decisión, implicó dejar el viñedo y marcharse a Europa, más precisamente a Italia.

En exclusiva con La Nación, Palazzo explicó: “Con mucha tristeza me veo obligado a hacer de mi viña, leña. Ahí van nuestros sueños, esfuerzos y alegrías de cuando podíamos cosechar, sorteando la suerte de la naturaleza, con heladas y granizos y con políticas que acompañaban al pequeño productor y que permitían vivir del suelo con nuestra gente dignamente. No me queda más que hincarme a la par de mis cepas y decirles gracias y perdón”.

Asimismo, contó que “nunca los pequeños y medianos productores la tuvimos fácil. Pero en 2016 un incendio en una finca vecina me quemó un espaldero de 11 hectáreas de uvas finas de las 21 que tengo y aunque traté de seguir adelante, fue imposible remontarla”.

De esta manera, si bien la pandemia no fue el único motivo por el cual debió llegar a esta situación, el contexto actual agudizó aún más la necesidad de tomar esta decisión.

El vitivinicultor destacó que no es el único que se encuentra por esta situación, ya que muchos otros allegados han pasado y están pasando por cosas similares. Mientras tanto, ya se contactó con su prima, a quien no conoce, para instalarse en Alfiano Natta, un pueblo piamontés de 800 habitantes de donde son sus familiares.

Un poco de historia
Sus abuelos Pietro y Severina llegaron a Mendoza desde Piamonte en el año 1903, escapando de la hambruna europea y se pusieron a trabajar en el campo. Poco a poco, fueron entrando en la actividad y llegaron a tener una bodega pequeña que luego la continuó su padre.

“Soy descendiente de inmigrantes, mis abuelos se instalaron en la provincia con el sueño de trabajar y progresar. Yo traté de seguir adelante con el proyecto familiar pero me vi doblegado y no puedo continuar. Me cuesta dejarlo porque representa todo mi vida, pero estoy resignado”, le contó al medio.

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