Uno de los principales referentes de la raza Limangus hoy en el país es la cabaña Los Pirulos, de Leonardo Hernández, ubicada en Victorino de la Plaza, partido de Tres Lomas, y que ha logrado los máximos galardones en esta raza.
“La novedad de este año es que la Asociación de Limangus hace esta exposición sola, es decir, sin intervención de las razas Hereford y Shorthorn como se venía haciendo en los últimos años. Y esto debido a que el número de participantes ha crecido notoriamente y que la concentración de Invernada ha hecho adelantar la fecha (las anteriores exposiciones se hacían en mayo), ya que dichos animales están listos para seguir el proceso evolutivo; además de ello hubo algunos otros aspectos que se consensuaron con las otras razas y que no llegaron a cristalizarse”, explica Leonardo Hernández.
“Para esta exposición he anotado (la inscripción se ha cerrado) cuatro animales (dos machos y dos hembras: un toro mayor y un toro de 2 años, y una vaca y una vaquillona). Mi participación es solo con animales de pedigree, a bozal. Además, por supuesto que habrá vaquillonas puras controladas, hembras VAL (Vientres Aprobados Limangus) y toros puros controlados de corrales, a los que habrá que sumar cerca de 1.000 animales de invernada, que se constituye en la novedad de este año”, continúa la explicación Hernández.
Consultado sobre la situación que están atravesando los ganaderos, Hernández respondió: “La raza Limangus, a pesar de todo, viene creciendo y no es por casualidad, sino que es mérito de las propias cualidades que tiene y que se las ha ganado sola; y todo esto, además, no ha sido el fruto de marketing ni nada por el estilo, sino que ha contribuido -notablemente- la demanda de la industria. Podríamos decir, que la raza Limangus ha crecido de arriba hacia abajo, porque la industria la empieza a demandar pagando unos pesos más por su calidad y rinde que tiene. Junto a ello, también debemos destacar que los feedloteros buscan criar terneros Limangus por la apetencia de la industria y, también, en los remates de concentración se venden mejor los ejemplares Limangus. Todo eso origina un combo que hace que la raza crezca sin parar”
“En síntesis -continúa su análisis Hernández-, su muy buena condición carnicera es la que la distingue de las otras razas. Cuando hablamos de ‘condición carnicera’, nos estamos refiriendo, en pocas palabras, a su excelente desarrollo de sus masas musculares sin resignar calidad, porque las razas continentales puras pueden tener un rendimiento igual o superior al Limangus pero resignando un poco su calidad, ya que son más magras y no es demasiado apetecible para el mercado interno argentino. Por eso, lo que se logró con esta raza Limangus es que tenga un volumen de carne casi como un Limousin y con una calidad de carne y un engrasamiento justo casi como un Aberdeen Angus, que en definitiva, son las razas madres que forman al Limangus”.
Así, “logramos un animal con una excelente conformación carnicera pero, sobre todas las cosas, sin pasarse de grasa, que es el gran problema que tiene la industria, y con una relación óseo-muscular superlativa, es decir, que tiene el hueso justo, que le permite caminar y sostenerse; en otras razas, que ese espacio lo ocupa el hueso, aquí lo ocupa el músculo. Entonces, al observar una media res Limangus frente a otra de raza pura británica, al gancho pueden pesar lo mismo, pero en la mesa de desposte, cuando se sacan la grasa por un lado, los huesos por otro y la carne por otro lado, aquí es donde se observa la diferencia: tiene menos hueso, poco desperdicio de grasa y mucha carne.
Y esto es lo que la industria prefiere: ante dos animales iguales, la mayor carne se la provee el Limangus, y por eso pagan un 2-3 y hasta un 5% más porque ahí encuentran una diferencia económica importante. Síntesis: todo eso se produce por el rendimiento que tiene la raza Limangus”.
De todos modos, “en estos últimos tiempos estamos todos condicionados por la situación complicadísima que vivimos, fruto de las inclemencias climáticas y falta de políticas específicas de ayuda y promoción a la producción en general. Esto ha provocado que no se hayan podido incorporar vientres, que la falta de pastos atente contra una buena alimentación y, además de todo ello, la falta de recursos económicos para invertir en genética; los números son negativos en todas las producciones. Todas estas adversidades crean, por otro lado, una gran incógnita, que es sobre cómo va a reaccionar la demanda -dentro de breve tiempo- frente a los ofrecimientos de los remates de reproductores”.
