Varias son las actividades vinculadas al agro que no pueden parar aunque estemos en tiempos de aislamieto obligatorio, y por ello se encuentran exceptuadas al ser consideradas esenciales. Ellas son, fundamentalmente, las relacionadas con la cadena alimenticia.
En ese marco, el presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (CONINAGRO), Carlos Lannizzotto, aseguró que la actividad en los tambos “no puede parar o se morirán animales” y sostuvo que “la industria láctea resulta esencial” en la cadena de producción tendiente al abastecimiento del país.
Por ese motivo, la producción de lácteos estuvo lejos de verse disminuida. Por el contrario, muchos de sus productores se embarcaron en una actitud solidaria y aumentaron sus producciones a los fines de abastecer a la población ante una situación de crisis sanitaria.
La compañía Mastellone Hermanos, por su parte, anunció el aumento de su producción con el objeto de abastecer a sus más de 70.000 puntos de venta. “La situación generada por la pandemia mundial Coronavirus (Covid19) requiere de la responsabilidad de todos los sectores, y por ese motivo la empresa decidió absorber el aumento de sus costos internos sin modificar la lista de precios de los productos de la marca La Serenísima en todos sus canales vigentes desde noviembre de 2019”, señaló la empresa.
Largas colas pudieron observarse en las puertas de los supermercados en los días previos la inicio de la cuarentena, y muchas personas se aseguraron de aprovisionarse de productos básicos, entre ellos, leche fluida y lácteos en general. Esto generó, según expertos del sector, un aumento en la demanda explicado básicamente en “una respuesta orgánica del encierro”.
