El titular de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), publicó una columna de opinión la página web de la dicha entidad en la que expresó que, ante este parate inesperado a causa del Covid-19, el campo “seguirá siendo un actor trascendente no sólo para traccionar la economía, sino también para seguir generando los alimentos que el país y el mundo van a necesitar”.
“Las nuevas contingencias dejaron temporariamente a un costado nuestras enormes dificultades para producir y la agobiante presión fiscal. Entendemos que este no es el momento del reclamo, aún justo. Ahora es tiempo de empujar este enorme motor para que los alimentos lleguen a todas las familias. Y así, solidariamente, volver a ponerle el hombro al país”, sostiene el texto que puede leerse en el sitio web www.cra.org.ar.
El dirigente rural, efectuó un agradecimiento a enfermeros, médicos, empleados de supermercados, policías y gendarmes, y sostuvo que el hombre y la mujer de campo trabaja con ellos “codo a codo” empujando “la gran palanca que mueve con sutileza, un país en cuarentena”.
En ese marco de solidaridad entre los argentinos, que según afirma Jorge Chemes, “cala hasta los huesos”, también visualiza a especuladores que esperan hacer de estos días difíciles un gran negocio. “El campo no fija precios pero conoce cómo operan los que los inflan y a que intereses responden”, aseguró.
Ante este panorama, Chemes considera que el sistema financiero se encuentra ante una gran oportunidad de actuar con la responsabilidad que merece un momento tal delicado como el actual. “Con una cadena de pagos resquebrajada, con nuevos e inesperados desocupados y con una parálisis mundial, ellos tienen una posibilidad en sus manos y eso es mucho más de lo que tienen hoy muchos argentinos.
Por último, asegura que el campo seguirá haciendo lo que sabe hacer: “alimentos y apoyar a la Nación”, pero antes hubo tiempo para un mensaje dirigido al arco político: “La política también tiene una chance enorme. Repensarse, para que sus decisiones vayan al fondo de las cosas. Tantos años de decorados, de relatos y de parches, desnudan hoy la miseria en la que estamos y de la que deben hacerse cargo. Enfrentamos esta pandemia sin más herramientas que el voluntariado social que es el mismo que desde hace años hace funcionar escuelas y hospitales mientras que la gente hacía esfuerzos enormes para pagar impuestos que se volaban por las ventanas de los despachos sin discreción”.
