En los últimos días se conoció que el intendente de Castelli, Francisco Echarren, del Frente para la Victoria, creó en su localidad una contribución especial que deberán aportar los propietarios de establecimientos rurales, de $42 por hectárea con un máximo de $44.000. “Los que más tienen deben hacer el esfuerzo”, había dicho el intendente.
El repudio ante esta medida no se hizo esperar y fue el hombre de Carrió, Luciano Bugallo, quien se encargó de judicializar la situación. El diputado provincial le aseguró a Tranquera que “el decreto sacado por el intendente es ilegal e inconstitucional”.
“Hicimos una presentación en la Comisión Federal de Impuesto, órgano interprovincial que rige todo lo referente en materia de impuestos, que si bien no tiene jurisdicción sobre los municipios, sí lo tiene sobre las provincias y puede a través de ésta, ordenarle al municipio que corrija una irregularidad como ésta, con la consecuencia de no coparticiparle a la provincia parte del presupuesto que le corresponde”, expresó.
Bugallo asegura que Echarren intentó convencer de que en realidad se trataba de una tasa y por eso luego de la publicación del decreto, fue enviado al Concejo Deliberante donde fue acompañado por la mayoría oficialista. “Un tasa exige una contra prestación directa de un servicio a quienes dicha tasa afecta y eso no está sucediendo. Por lo tanto, ésto no es una tasa sino un impuesto encubierto que además significa una doble imposición tributaria, ya que utiliza la misma base imponible que el Impuesto a los Bienes Personales que cobra la Nación, al tiempo que se superpone también con el Impuesto Inmobiliario Rural provincial y a las tasas por servicios que cobra la municipalidad a los productores”, puntualizó el legislador.
Además de la presentación ante Comisión Federal de Impuesto, Bugallo informó que se solicitó una medida cautelar en el Contencioso Administrativo del Juzgado de Dolores, para pedir que se deje sin efecto dicho impuesto aunque lamentó que “por motivos de la cuarentena, la Justicia no está trabajando como debería”.
“Con un cinismo y una caraduréz llamativa el Intendente da por entendido que los productores rurales de más de 50 hectáreas, tienen ingresos suficientes como para afrontar este impuesto. Quisiera preguntarle al Intendente qué se hizo desde el 2003 en adelante con los más de 150 mil millones de dólares que el campo ha aportado al Estado sólo en retenciones. Se llenan la boca hablando de redistribuir riquezas, pero las provincias y los municipios gobernados por el peronismo, son los más pobres y abandonados del país”, puntualizó.
“El kiRchnerismo ve al campo como la billetera de la abuela, como la caja donde buscar la plata cuando las papas queman”
El diputado cree que este tipo de medidas van en línea con una idea general propia del kirchnerismo con la cual disiente: “El kirchnerismo ve al campo como la billetera de la abuela, como la caja donde buscar la plata cuando las papas queman y nunca como un aliado estratégico al que hay que acompañar y generarle las condiciones para que pueda invertir”.
“La salida es la baja de impuestos, y antes que eso, del gasto público. No se pueden bajar impuestos, si antes no bajamos el nivel de gasto que tiene el Estado. Miremos al mundo, los países que han ido por ese camino han progresado, y los que siguieron las recetas del kirchnerismo, están destruidos: miremos Venezuela.”, afirmó.
El proyecto de Máximo Kirchner:
El Diputado Nacional, en conjunto con el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda Carlos Heller, encabeza el proyecto de ley que será tratado en los próximos días, a través del cual se busca la creación de un nuevo impuesto a aquellos que blanquearon capitales en 2016, con el Gobierno de Mauricio Macri.
Bugallo considera que el Gobierno “se equivoca”. Y agrega: ¿Por qué no piensan porqué esos empresarios no invirtieron ese dinero inicialmente en Argentina? La respuesta es simple, porque no confían en nuestro país y porque la presión impositiva en Argentina es insostenible. Frente a eso, la respuesta del gobierno es volver a subir impuestos y cambiar las reglas de juego a mitad de camino”, puntualizó.
“Lo único que va a generar es más incertidumbre, mayor desconfianza, y que aquellos que tengan la posibilidad de invertir, lo hagan en cualquier lado menos en Argentina. Esta discusión parecía zanjada pero evidentemente volvieron los mismos con las mismas recetas: sacarle el jugo al campo, subir impuestos y retenciones que terminan generando una disminución en la producción y por lo tanto el Estado termina recaudado menos. En definitiva, la ecuación termina jugándoles en contra”, concluyó.
