viernes, abril 19, 2024
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Instrumentos financieros, indispensables para cubrirse en un mercado volátil

La responsable de Extensión y Difusión Educativa de Matba Rofex School, Mariana Pellegrini, explicó a Tranquera cuales son los 3 elementos que los productores agropecuarios tienen para resguardarse ante una posible baja de los precios. La importancia de implementarlos, en un momento de turbulencia mundial.

Junto al clima, los productores agropecuarios deben considerar otro riesgo a la hora de invertir: la variación de los precios internacionales. En un momento de gran volatilidad en los mercados a partir de la expansión del coronavirus, es bueno repasar algunos instrumentos financieros que pueden utilizarse como cobertura para los principales cultivos.

En este marco, la responsable de Extensión y Difusión Educativa de Matba Rofex School, Mariana Pellegrini,  le detalló a Tranquera cómo funcionan  los forward, futuros, y opciones.

El forward es el instrumento más conocido y que el productor ya lo tiene bastante incorporado.  Es un acuerdo entre partes, privado por fuera de los mercados institucionalizados, donde se fija un precio y una cantidad. El cumplimiento de ese contrato implica la existencia de esa mercadería. “Es decir, el productor acuerda con el comprador (acopio exportador etc) un precio y una cantidad, en función de lo que cree que va a cosechar. Cuando llega esa fecha, el productor entrega la mercadería comprometida y el comprador paga el precio que anticipadamente ya habían arreglado”, describió Pellegrini.

La especialista aclaró que, al realizar esta operación, se debe tener precaución en que el porcentaje de cobertura que se comprometa sea en función de lo que se estima cosechar. “Si estimo levantar 1000 toneladas de trigo, y cierro por 900 es un riesgo muy grande. Porque si después cosecho 500, voy a tener que negociar con el comprador el contrato, ya que no estoy cumpliendo con lo pactado. El forward tiene un riesgo alto por el compromiso de la mercadería”, señaló.

Mientras que en el caso de los futuros, que se operan a través de un mercado institucionalizado como Matba-Rofex, se negocia el precio del contrato para vender o comprar, por ejemplo de trigo, maíz o soja. Estos contratos, a diferencia del forward,  están estandarizados y garantizados por el mercado (contraparte central). “Esta característica permite a los vendedores y compradores cancelar mediante la operación contraria; sin inconvenientes en caso de que se obtenga un rinde menor al esperado, ya que no se compromete la mercadería”, explicó Pellegrini. 

Por lo tanto, el productor para cubrirse debería vender un futuro que le permitiría fijar un precio. “Supongamos que un agricultor haya vendido un futuro de trigo enero a 171 dólares. Si llegado el mes de cosecha se produjo una baja y cotiza a 160 dólares, el productor gana 11 dólares por tonelada en el mercado de futuros y cuando realiza su venta en el mercado disponible obtiene los 160.  Así, logra los 171 que pretendía, protegiéndose de la baja de precios”, ejemplificó. 

En caso de que el trigo hubiera mostrado un alza y se vaya a 185, el productor pierde 14 dólares por el futuro, pero compensa esa diferencia en el mercado disponible terminando así su precio final de venta en 171 dólares. “Concluimos así que cuando se vende un futuro,  suba o baje el mercado,  el precio será el fijado anticipadamente.  El futuro permite establecer un valor de antemano,  sin importar para donde vaya el mercado”, explicó la experta.

Por último, el otro instrumento que sería aconsejable que utilicen los productores son las opciones. A estas se las conoce como seguros de precio a la baja (put) y a la suba (call). En el caso del productor,  sería conveniente que adquiera un put.

Con este instrumento, el productor estaría asegurándose un valor mínimo de venta, resguardándose ante una posible merma de los precios de los granos, sin impedirle la oportunidad de beneficiarse en caso de que finalmente haya una suba. “En otras palabras,  la cobertura de venta mediante la compra de put establece un piso o un precio mínimo de venta,  que permite que usted retenga el potencial de suba”, añadió Pellegrini.

“Por ejemplo, un productor quiere cubrirse a la baja pero frente a la posibilidad de eventuales subas del mercado decide comprar un put para poder beneficiarse del alza.  En ese momento, si en el mercado de futuros la soja mayo cotiza 250 u$s/ton, podría comprar un put de precio de ejercicio de 245 u$s/ton pagando una prima de 5 u$s/ton. Un primer escenario seria la baja del mercado a 220 u$s/ton, por lo tanto, el productor hará uso del put a 245 u$s/ton. En consecuencia, su precio final de venta será de 240u$s/ton que proviene de deducir el costo de la prima al valor del ejercicio, representado una ganancia de 20 u$s/ton respecto de la baja del mercado”, detalló.

“El otro escenario sería que se produzca una suba de la soja para el mes de mayo de 260 u$s/ton, en esta situación el productor no hace uso del put.  Es decir expira,  y puede vender su soja en el mercado físico a un precio mayor. Obtiene como resultado un precio de venta final de 255 u$s/ton,  que proviene de vender a 260 u$s/ton en el físico y descontarle la prima pagada con anterioridad de 5 u$s/ton”, describió.

“Lo ideal es que los productores implementen una cartera combinada, utilizando forwards, futuros y opciones”

“Lo ideal es que los productores implementen una cartera combinada, utilizando forwards, futuros y opciones en las estrategias comerciales de su empresa. Nuestra recomendación es que siempre sean utilizados con fines de cobertura, y no especulativos. Consideramos que los mercados de futuros son un bien común para la economía, por formación de precios, y para que muchos sectores eviten perder dinero. Ese es el concepto más importante que queremos transmitir, sobre todo por el gran aporte que la actividad agropecuaria le hace a la economía argentina”, concluyó Pellegrini.

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