En la madrugada de ayer, la represa hidroeléctrica Itaipú abrió sus compuertas para abastecer de agua y favorecer la navegabilidad del Río Paraná, afectado por una de las bajantes más grandes de las historia.
La apertura, que fue autorizada por el Consejo de Administración de la Entidad la semana pasada, vertió un caudal promedio de 474 metros cúbicos por segundo, con un máximo de 1.376.
La medida busca reactivar del dinamismo comercial en la hidrovía Paraguay-Paraná, afectada por la crisis hidrológica.
En el caso de Argentina, la bajante histórica alcanzó niveles alarmantes. Frente a la capital de Entre Ríos, se registraron 16 centímetros de altura, cerca de la altura de menor caudal que fue de 0 metros detectados en 1970.