La situación de la pandemia a causa del coronavirus ha obligado a cambiar las modalidades de trabajo de todo el sector productivo del país y, específicamente en el sector agropecuario, se vieron grandes cambios en los remates de hacienda.
Así empezamos a familiarizarnos con los remates online o televisados, ya que la disposiciones prohíben la aglomeración de gente. En muchos casos, los resultados fueron por demás de auspiciosos.
“Se lograron valores similares a los que se obtienen en remates presenciales y en algunos casos superiores”, le comentó a Tranquera Juan Sackman, quien se encuentra a cargo de dirigir la cabaña “Casamú”, luego de finalizar su primer remate online. “Nunca habíamos hecho nada parecido. Los compradores se adaptaron rápidamente a las plataformas. Fue una experiencia muy positiva”, aseguró.
Pero aunque el campo parece adaptarse a la nueva realidad que le toca vivir, lo cierto es que las casas consignatarias de hacienda recibieron de buena manera la noticia de la aprobación de un protocolo provincial para permitir la realización de los remates en forma física.
Gervasio Saenz Valiente, es el titular de la firma Saenz Valiente, Bullrich y Cía. S.A., una de las casas rematadoras que más rápido se adaptó a los cambios, optando por la transmisión de los mismos a través del Canal Rural. Y si bien lograron concretar grandes ventas con esa modalidad, Gervasio reconoció sentirse con más “libertad y tranquilidad” ahora que los remates físicos empiezan a estar autorizados.
“El protocolo hay que medirlo y actuar en consecuencia con la inteligencia que nos toca vivir. Los remates pueden hacerse si se hace con responsabilidad.”, comentó Gervasio.
Agustín Lalor, vicepresidente de la firma Martín G. Lalor S.A., hizo un repaso de cómo se fueron adaptando en las distintas etapas de la pandemia.
“En un principio, no tanto por exigencias gubernamentales sino por conciencia del sector decidimos suspender todos los remates físicos y esperar a ver como avanzaba el tema de la pandemia”, aseguró.
Luego fueron avanzando los protocolos y, asegura Lalor, “la gente se fue concientizando más”. “Empezamos a diagramar un esquema para poder volver a realizar los remates físicos manteniendo, desde ya, todos los protocolos que se exigen: distanciamiento social, utilización de barbijos, la utilización de alcohol en gel, además de realizar los remates sólo con público comprador”. Esto último, reconoce, es lo más difícil porque “los remates ferias son un evento social, conocidos en el interior, la gente va a para ver como se vende la hacienda”.
“reducimos el riesgo tratando de aportar con nuestro grano de arena”
“Todo esto tuvimos que modificarlo, de esa manera reducimos el riesgo tratando de aportar con nuestro grano de arena”, concluyó.
El desafío de atravesar la crisis sanitaria debido al brote de Covid-19 implica el acostumbramiento a los cambios. Las firmas rematadores de ganado en pie parecen estar preparadas para ello. A cada una, la situación le afecta de manera distinta, pero hay un denominador común: el agradecimiento por poder seguir trabajando.
“A la parte agropecuaria le ha pegado menos que al resto de la producción. Hay que ser agradecido con lo que nos toca”, comentó Saenz Valiente. “Nosotros somos privilegiados porque podemos seguir trabajando con sus más y con sus menos y esa no es la realidad de la mayoría de los argentinos”, aseguró Lalor. “Más allá de todas las limitaciones, podemos seguir invirtiendo en genética”, completó Sackman.
