“Campo argentino bajo doble castigo: insumos más caros y ventas más bajas”
Un reciente informe del IERAL de la Fundación Mediterránea revela que la producción agrícola en Argentina enfrenta no sólo derechos de exportación, sino también costos de insumos más elevados que Brasil, EE.UU. o Uruguay.
La competitividad del agro argentino vuelve a quedar en evidencia. Según el estudio del IERAL, cuando se comparan precios de insumos como fertilizantes, herbicidas, transporte de carga, combustible y maquinaria entre Argentina, Brasil, EE.UU., Paraguay y Uruguay, el panorama resulta preocupante.
En concreto, Argentina resulta más cara en dólares en 69 % de los productos estudiados frente a Brasil, Uruguay y Paraguay, y en 54 % frente a EE.UU.
Por ejemplo:
- Los fertilizantes cuestan en promedio 5,8 % más en Argentina que en los otros países.
- Los herbicidas un 8,2 % más caros.
- En maquinaria agrícola, los tractores se pagan en Argentina un 31 % por encima del promedio de los países comparados.
La causa de estas brechas no se limita a los insumos. El informe apunta a distorsiones estructurales: restricciones cambiarias, cargas impositivas acumulativas, regulaciones laborales rígidas y costos logísticos elevados.
Además, se agrega el efecto de los derechos de exportación (retenciones) que pesan sobre los precios que efectivamente perciben los productores argentinos — un factor que no aparece en los otros países analizados.
El resultado es una ecuación adversa para el productor local: insumos más caros y, al mismo tiempo, precios de venta más bajos. El informe lo describe como un “doble castigo”.
Para revertir esta situación, los economistas recomiendan avanzar en reformas microeconómicas — más que solamente macro — que mejoren el funcionamiento de los mercados de bienes y factores, reduzcan distorsiones impositivas y permitan a los productores organizarse con mayor libertad.
En suma: si bien estabilizar la macroeconomía es importante, para que el agro argentino recupere verdadero empuje hace falta atacar los costos “invisibles” que erosionan su competitividad frente al mundo.
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