Pese a la baja de retenciones, la presión fiscal sobre el agro sigue en niveles históricos
El Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea evaluó el impacto de la reducción permanente de los Derechos de Exportación (DEX) para varios productos del complejo agroindustrial en la rentabilidad agrícola y en la recaudación fiscal, comparándola con un escenario hipotético en el que no se modificaban las alícuotas.
De acuerdo con la simulación para la campaña 2025/26, la rentabilidad neta —después de impuestos— mejora entre USD 31,6 y USD 60,5 por hectárea, dependiendo de la región y de si el productor es propietario o arrendatario.
-Productores propietarios: +USD 60,5/ha en zona núcleo y +USD 47,5/ha en zona extrapampeana.
-Productores arrendatarios: +USD 31,6/ha en zona núcleo y +USD 40,3/ha en zona extrapampeana, aunque en este último caso la mejora apenas reduce las pérdidas (de –USD 68 a –USD 28/ha).
La proyección se realizó para explotaciones de 500 hectáreas con rotación 50% soja y 50% maíz, considerando rendimientos, costos y distancias a puerto de cada región.
La baja de retenciones implica para el Estado una caída de recaudación por DEX de entre USD 53,9 y USD 71,8 por hectárea (–22% frente al escenario sin cambios). Sin embargo, el retroceso en la recaudación total —sumando Nación y provincias— es menor, de entre 9% y 15%, gracias a un incremento en otros tributos, en particular el Impuesto a las Ganancias.
Las provincias, que no perciben DEX pero sí coparticipan la recaudación de otros impuestos, captarían entre USD 6,2 y USD 14,6 adicionales por hectárea (un alza del 12% al 21%), mientras que la Nación perdería entre USD 37 y USD 60,7 por hectárea (–15% a –18%).
La reducción de retenciones recorta la carga tributaria total entre 6 y 14 puntos porcentuales, pero esta continúa siendo elevada:
-Entre el 53% y el 70% de la renta para productores de la zona núcleo.
-Entre el 68% y el 112% para los de la zona extrapampeana.
En otras palabras, en todos los casos el productor sigue perdiendo más por impuestos que lo que logra conservar como ingreso neto. En zonas marginales, con menor productividad y mayores costos logísticos, el peso impositivo puede hacer inviable la actividad si además se paga alquiler. (DIB)