“Produtores porcinos en alerta: un nuevo marco sanitario busca erradicar la Enfermedad de Aujeszky”
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) aprobó una resolución que actualiza el plan nacional para la sanidad porcina y fija plazos más exigentes para la vigilancia, certificación y control de esta enfermedad que amenaza la competitividad del sector.

La cadena porcina argentina enfrenta un momento clave. A través de la Resolución 810/2025 —publicada en el Boletín Oficial de la República Argentina— el SENASA formalizó el nuevo Plan Nacional de Control y Erradicación de la Enfermedad de Aujeszky, que reemplaza el programa vigente desde 2009.
La enfermedad, causada por el herpesvirus porcino tipo 1, afecta a cerdos domésticos y silvestres y puede transmitirse a otras especies mamíferas, generando muertes y pérdidas económicas importantes.
Entre los principales cambios que introduce el nuevo marco están:
- Alcance en todo el territorio nacional y aplicación a establecimientos de porcinos de cualquier tamaño.
- Clasificación obligatoria de los predios en categorías como “libre”, “bajo vigilancia”, “infectado” o “en saneamiento”.
- Muestreos serológicos cada cuatro meses para predios con más de 100 cerdas o padrillos. Para los que tienen menos de 99 reproductores, el muestreo semestral será obligatorio en los próximos plazos.
- Prohibición de movimientos de animales de establecimientos infectados, y obligación de presentar un plan de saneamiento en un plazo de 30 días ante la confirmación de brote.
- Inclusión de figuras nuevas, como los “Establecimientos Invernador Porcino con Protección” (IPPA), que deberán cumplir requisitos específicos para ingreso y vacunación.
La actualización responde al aumento de brotes recientes, incluso en granjas tecnificadas, que alertaron sobre la vulnerabilidad del sistema productivo y comercial.
Para el sector, el mensaje es claro: subir el nivel de exigencia sanitaria no sólo protege la sanidad animal, sino que también mejora la imagen de la producción frente al comercio internacional y fortalece la competitividad. La reducción de barreras y la alineación con estándares de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) están en el centro de este salto.
Ahora bien: la clave estará en la implementación, la capacidad de fiscalización, el acompañamiento técnico a pequeños productores y la articulación público-privada. Si esos engranajes funcionan, la cadena porcina argentina podrá dar un paso decisivo hacia un estatus sanitario más fuerte y confiable.

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