Técnicos del INTA alertan sobre déficit hídrico y adaptaciones para la campaña
La campaña agrícola 2024/25 inició con una aceptable recarga hídrica en otoño, pero la falta de precipitaciones invernales cambió el panorama con la llegada de la primavera.
Técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) destacaron que en los últimos cinco años los inviernos fueron deficitarios en agua, con una reducción promedio del 40% en la oferta de lluvias.
En al menos dos de estos años, en casi toda la región productiva, se registró menos del 80% de la lluvia normal, lo que afectó tanto los cultivos de invierno como la planificación de la siembra temprana.
“Este patrón climático se repite en 2024. El déficit hídrico prolongado y la ampliación de los intervalos entre lluvias impactan negativamente en la producción y el ánimo de los productores”, explicó Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del INTA.
Mercuri subrayó que, ante este escenario de incertidumbre, es clave ajustar las decisiones productivas y mantenerse actualizado con información meteorológica.
Las últimas proyecciones climáticas señalan una alta probabilidad del establecimiento del fenómeno de La Niña para el último trimestre del año, con una intensidad débil a moderada.
Si bien existe esperanza de lluvias en algunas zonas, los expertos del INTA advirtieron que será necesario adaptar las estrategias productivas para enfrentar la escasez de agua y minimizar los riesgos para los cultivos.
Los pronósticos climáticos para el próximo trimestre indican lluvias que se mantendrán entre valores normales a deficitarios, con una probabilidad del 45 al 50% de transitar un período seco en provincias clave como Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, y el norte y este de Buenos Aires, según Natalia Gattinoni, especialista del Instituto de Clima y Agua.
Aunque la posibilidad de lluvias normales o superiores no se descarta, las chances de que ocurran son menores, lo que genera incertidumbre para los productores.
Además, Gattinoni señaló que las temperaturas promedio podrían mantenerse entre normales a más cálidas, lo que agrava el escenario para la región pampeana, especialmente en las provincias mencionadas.
Este panorama climático de lluvias escasas combinado con altas temperaturas podría aumentar la demanda de agua en los cultivos debido a la mayor evapotranspiración, lo que exige un monitoreo cuidadoso y ajustes en la planificación productiva, señalaron.