Ayer fue un día convulsionado en el Mercado de Liniers. En una maniobra, que a muchos les hizo recordar las épocas mas virulentas de Guillermo Moreno, la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, llamó al empresario Alfredo Coto, dueño de la cadena de supermercados, para solicitarle que no continúe comprando hacienda.
Todo se desencadenó cuando el supermercadista compró un lote de novillos de 400 kilos a $198 por kilo, valor por encima de lo considerado razonable por el Gobierno nacional.
Como es sabido, los precios establecidos por las subastas en el Mercado de Liniers son tomados como referencia por toda la cadena de producción, y desde la cartera que dirige Español consideran que retirar a Coto de la operatoria provocaría una disminución importante en la demanda que finalmente repercutirá en una baja en los precios de la hacienda.
En efecto, Coto es el que operador Número 1 en el Mercado Ganadero y estima que sólo en 2020 compró el 10% del total de animales subastados.
Distintos actores de la cadena productiva ganadera rechazaron la maniobra del Gobierno y hasta la consideraron una intervención en el mercado. Por su parte, Jorge Chemes, presidente de CRA aseguró que el tema está siendo tratado por la propia Mesa de Enlace.
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