Un hecho particular se dio ayer en un campo ubicado en la localidad de Rojas, provincia de Buenos Aires: un ternero nació con dos cabezas, un episodio insólito que, por supuesto, llamó la atención de los productores.
El campo en cuestión es lindero a la sede de Bayer, y en el sector agropecuario atribuyen esta malformación del animal a la manipulación genética de la compañía “que vienen llevando a cabo desde hace años”. Según indicaron desde Rojas Ciudad, el ternero fue abandonado por la vaca.
“Los principios activos que utiliza Bayer tanto en las semillas de cereales (que pudo haber comido la vaca) como en sus pesticidas están clasificados por todos los organismos que controlan desde áreas sanitarias y bromatológicas la salubridad en la elaboración de alimentos como tóxicos reproductivos”, agregó el medio.