domingo, abril 28, 2024
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En busca de trigo más competitivo, aplican tecnología con una novedosa técnica

La iniciativa la dieron a conocer desde el INTA, y consiste "en la puesta a punto de la técnica de doble haploides para obtener nuevas líneas puras del cereal". Según indicaron, su aplicación permitirá ahorrar tiempo y reducir costos

Desde el INTA Paraná, Entre Ríos, pusieron funcionamiento diferentes técnicas y metodologías con el objetivo de alcanzar el mejoramiento de cultivos que buscan optimizar los tiempos y reducir los costos para la obtención de líneas, de las que se obtendrán posibles nuevas variedades de trigo.

En este sentido, Sergio Lassaga, integrante del departamento de Mejoramiento del INTA Paraná, destacó: “Los programas de mejoramiento basados sólo en métodos convencionales llevan, en promedio, entre seis y ocho años, según el método y el diseño utilizado para obtener líneas en condiciones de ser probadas como posibles nuevos cultivares”.

El objetivo es obtener nuevas líneas puras en un único ciclo

A su vez, Victoria Bessone, biotecnológa del INTA Paraná, comentó que “si bien la metodología DH lleva varios pasos, que deben realizarse cuidadosamente, su aplicación permite ahorrar mucho tiempo y también reducir los costos”.

“Modificando diferentes etapas del protocolo, en 2019, logramos obtener las primeras líneas mediante esta metodología y, en este nuevo período, estamos avanzando en varios ajustes que permitirán optimizar los resultados”, dijo Bessone.

La explicación del INTA: “El paso a paso de una meticulosa tarea”

La primera etapa a optimizar es la sincronización de las floraciones del maíz y el trigo. Para esto se realizan siembras escalonadas de ambos cultivos en invernáculo. Cuando las espigas de trigo están en condiciones de ser “castradas” –emasculación, es decir, la eliminación de las anteras de cada flor de la espiga– se procede a realizar la polinización manual con polen de maíz.

A cada espiga polinizada se le agregan hormonas con la finalidad de retener al embrión y evitar el aborto temprano. La información genética que aporta el maíz se elimina tempranamente en las primeras etapas del desarrollo embrionario, por lo que el embrión formado contiene la mitad de la información genética y corresponde a un solo progenitor, en este caso, al trigo.

A los 15-20 días de la polinización, las espigas son cortadas y los embriones rescatados en cámara de flujo laminar y en condiciones de esterilidad, ya que no poseen endosperma –tejido que debería nutrirlo en las primeras etapas de su desarrollo– por lo que necesitan aporte externo de nutrientes para sobrevivir.

Por este motivo, los embriones se colocan en tubos de ensayo con un medio rico en nutrientes y llevados a oscuridad a 24 °C entre 5 y 10 días hasta el enraizamiento y, luego, pasan a condiciones de luz artificial y temperatura controlada.

“Como paso siguiente, es necesario duplicar los cromosomas mediante la aplicación de un químico y, finalmente, se obtienen líneas puras genéticamente estables”, explicó Lassaga y agregó: “Posteriormente, se evalúan las características agronómicas, como calidad, sanidad y productividad, antes de ser inscriptos como nuevos cultivares”.

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