La Cabaña Santa María, ubicada en inmediaciones de la localidad de Quiroga en el Partido de 9 de Julio, fue el escenario en el cual se desarrolló, este miércoles, el almuerzo de fin de año de la Asociación Argentina de Criadores de Shorthorn.
Fue una magnífica jornada en la cual confluyó la familia de la raza madre de la ganadería argentina que, precisamente en 2023, celebró el segundo centenario de la llegada del mítico toro Tarquino a estas tierras. Desde entonces comenzó el desarrollo de esta raza británica en nuestros suelos hasta transformarse en la predominante, de la mano de la gran habilidad materna de sus hembras y de la inmejorable carne que encontró, en las praderas argentinas, la combinación perfecta para que este país se transforme, con el tiempo, en el productor de la mejor carne bovina del mundo.
Fue una muy buena oportunidad para celebrar el cierre de un año que marca un punto de inflexión para la Asociación, ya que los productores allí congregados coincidieron en afirmar que 2023 ha sido un año de gran crecimiento para el Shorthorn, con la incorporación de nuevas cabañas y con la apertura de mercados internacionales que vienen a Argentina en busca de embriones, semen y reproductores para llevarlos a Estados Unidos, Canadá y otros países ganaderos del mundo.
La cabaña anfitriona, perteneciente a Luciano Macaroni quien al mismo tiempo es vicepresidente primero de la entidad, resultó el lugar indicado para la conmemoración y allí los asistentes pudieron degustar un asado excepcional, además de la gran cordialidad de la familia dueña de casa.
Precisamente Macaroni, en diálogo con este medio, fue uno de los que se encargó de remarcar el gran momento de la raza en el país, al tiempo que manifestó sus buenas expectativas en relación al futuro de la ganadería argentina en su conjunto.
En ese punto coincidió con el presidente de la Asociación, Carlos Downey, quien enfatizó que toda la producción agropecuaria tiene las esperanzas puestas en un momento diferente del país, en el cual se privilegie la producción. “El campo hará su esfuerzo. Con políticas a largo plazo y reglas claras, estamos en condiciones de darle al país lo que necesita”.
“La raza tiene mucho para aportar a la ganadería argentina y mucho lugar todavía en los rodeos comerciales del país”, dijo Downey, quien aseguró que muchos criadores han retornado al Shorthorn y muchos otros han optado por comenzar a criar a los descendientes de Tarquino. “Por primera vez en muchos años tuvimos más de 100 ejemplares en Palermo, marcando a las claras un resurgimiento muy potente”, dijo.
